Hola! Quería compartir
con vosotros una pequeña reflexión que he tenido esta tarde. Estaba pensando en
que de una u otra forma, todos queremos ser felices, y desarrollamos nuestra
conducta buscando determinados objetivos que creemos que nos harán felices, ya
sea a corto, medio o largo plazo. Aunque para conseguir aquello que nos hace
felices antes tengamos que esforzarnos y posponer ese objetivo de felicidad
para un futuro a menudo incluso lejano.
Lo que quiero decir es
que si queremos ser felices tenemos que tener unos objetivos, para alcanzarlos
llevamos a cabo una serie de planes o proyectos,
lo cual es en definitiva nuestra vida. Nos comportamos de determinada forma
porque queremos determinados objetivos, llevamos a cabo un plan de vida, un
proyecto de vida. Y este proyecto no es uno que tengamos desde pequeños, sino
que va cambiando según las etapas de la vida o los intereses de cada uno, y
aquí es donde quiero ligar esta reflexión con el tema de este blog, cuando nos
jubilamos nuestro proyecto de vida cambia radicalmente, o debemos cambiarlo. Ya
sea porque dejamos de trabajar o porque la edad nos va limitando las
actividades que tanto nos gustaban nos encontramos poco a poco con una forma de
vivir totalmente distinta. Pero nunca debemos de dejar de tener un proyecto de
vida, debemos ir adaptando nuestro proyecto de vida, trazar unos planes que nos
permitan actuar para conseguir seguir siendo felices, aunque esos planes sean a
corto o medio plazo y muy distintos; pero es el tener objetivos, el
perseguirlos y llevarlos a cabo, lo que dará sentido a una vida que desde otra
perspectiva (quizá la de un joven o un adolescente) no lo tendría. Es por eso
que creo que existe la vida plena más allá de la jubilación.
Saludos